NEUROMA DE MORTON, LA DOLENCIA DE LA REINA LETIZIA: CUáNTO TIENE QUE VER CON EL CALZADO Y CóMO PREVENIRLA

En los últimos dos años la reina Letizia ha bajado considerablemente la altura de sus tacones. Desde que en 2022 fue diagnosticada con neuroma de Morton y metatarsalgia (inflamación en la bola del pieque le dificulta permanecer de pie, estática, durante mucho tiempo) ha ido dejando atrás sus famosos Letizios (aquellos zapatos peeptoe con abertura en los dedos, plataforma y tacón alto que tanto llevó en sur primeros años como princesa) y también los salones de aguja para pasarse al tacón sensato, ese que no supera los tres centímetros de altura. E incluso, si la ocasión lo permite, al zapato plano. Pero la inédita imagen en el Palacio Real de Ámsterdam, donde tuvo que realizar sentada el besamanos previo a la recepción que Guillermo y Máxima de los Países Bajos ofrecían por el viaje de Estado de los reyes, evidencia que esta patología puede ser muy dolorosa.

“Es un dolor punzante y muy intenso en la zona de los metatarsianos. También puede haber entumecimiento y hormigueo en esta zona. Muchas veces aparecen calambres entre el tercer y cuarto dedo”, explica Neus Moya Arasa, podóloga y divulgadora, sobre los síntomas de esta dolencia. “Coloquialmente lo llamamos ‘la ciática del pie’ porque es un dolor abrupto que obliga a pararse. Es muy habitual en quien lo padece la necesidad casi instintiva de quitarse el zapato y apoyar el pie descalzo en el suelo”, añade. Letizia no podía hacer esto en plena recepción real, de ahí la conveniencia del taburete que habían dispuesto para ella: el saludo a los 200 invitados duraba 45 minutos.

Tal y como explica esta especialista, el neuroma de Morton consiste en el engrosamiento del tejido alrededor de uno de los nervios que están entre el tercer y cuarto metatarsiano y apunta que, aunque sus causas pueden ser muy diversas (pie cavo, pie plano, dedos en garra, juanetes…), el calzado es un factor externo muy importante que puede causar la aparición del neuroma y una de las explicaciones a por qué esta dolencia afecta mayoritariamente a las mujeres. “Por dos motivos: por tratarse de zapatos estrechos que causan una fricción entre los metatarsianos por falta de espacio y por el tacón, que desplaza las fuerzas hacia adelante”. En el calzado de mujer estas dos características son muy habituales “y es por ello que tienen más tendencia a padecer neuroma de Morton”, apunta la podóloga Neus Moya.

“Hay una relación directa entre el neuroma de Morton y los zapatos ajustados y estrechos que comprimen en exceso, sobre todo la parte delantera del pie ya que agudizan el dolor”, coincide el dr. Gabriel J. Dávila Sánchez, Director General de la clínica del pie y tobillo en Madrid DM Clínica. “Los zapatos de tacón excesivamente elevados, con la punta estrecha y fina son el claro ejemplo de ello, y por eso las mujeres, que a lo largo de su vida suelen usar más este tipo de calzado, u otros mucho más estilizados, son mucho más predisponentes a sufrirlo”.

Los zapatos de mujer, en general, están diseñados con una horma mucho más estrecha de lo que necesitan sus pies, confirma Jorge Escoto podólogo y miembro de la junta directiva del ICOPCV (Ilustre Colegio Oficial de Podología de la Comunidad Valenciana): “Eso es así, los modelos muchas veces son más estrechos y muy poco respetuosos con los pies” y recuerda algunas profesiones clásicamente feminizadas entre las que es frecuente, como personal de tiendas o azafatas.

Juan Arnal, traumatólogo y cirujano ortopédico con su propia clínica en Madrid, engloba las causas biomecánicas del neuroma de Morton en dos tipos: las no modificables o intrínsecas al individuo, y las modificables o achacables a factores externos, donde el principal es el calzado estrecho en la zona anterior.

El calzado respetuoso

En los últimos tiempos la oleada del bienestar ha alcanzado territorios como el de la cosmética, con el boom del skincare o cuidado facial, y ahora parece haber llegado hasta la salud podal. “Hemos notado en consulta que en los últimos años ha crecido el interés por el cuidado de los pies”, corrobora el podólogo Gabriel J. Dávila. Según datos de la investigadora Research Radar, se espera que el mercado mundial de spas para pies alcance los mil millones de dólares en 2026.

Una de las manifestaciones de esta tendencia por el cuidado de los pies está en el auge del calzado minimalista, que básicamente busca interferir lo mínimo posible en la forma del pie y en su manera natural de caminar. La corriente viene del mundo del running, donde hace unos años comenzó a ponerse de moda correr con zapatillas de suelas muy finas.

Este boom por el zapato respetuoso (también llamado en inglés barefoot) ha llegado al calzado de calle y cumple con cuatro características:

- Zero Drop: O lo que es lo mismo, una suela completamente plana, con muy poca o ninguna diferencia de altura entre la parte delantera de la zapatilla y la parte de atrás. Este concepto surgió con el auge del “natural running” y minimalismo entre los corredores.

- Suela flexible: Que sea muy fácil de doblar y girar en todas las direcciones, dúctil, maleable y nada dura.

-Puntera ancha: Este tipo de calzado permite a los dedos de los pies colocarse en su espacio natural, evitando que se pongan unos encima de otros o que se opriman entre sí. Esto reduce la posibilidad de que aparezcan juanetes.

- Plantilla lisa: Los defensores de este tipo de zapato abogan por una plantilla sin ningún elemento anatómico de refuerzo, para evitar una curva pronunciada en el arco del pie.

“Una de las características del calzado respetuoso es la ausencia de tacón y la puntera amplia. Una puntera anatómica en la que se respeta que el primer dedo siempre quede recto y el resto de los dedos y metatarsianos tengan espacio”, especifica la podóloga Neus Moya. “Solo por estas características ya podemos concluir que tiene un papel destacado en la prevención, no solo del neuroma de Morton sino también de las metatarsalgias (dolor en los metatarsianos), juanetes, dedos en garra…”

En el mundo de la moda se sabe que cuando una tendencia llega a Zara es que tiene posibilidades de volverse masiva, o al menos es un buen test de mercado. Así que no han pasado desapercibido en el radar de la podóloga Neus Moya dos pares de zapatos que cumplen con sus exigencias de zapato minimalista. Otras marcas como la española Camper o la sueca Arket han lanzado modelos de calzado minimalista y existen también otras dedicadas en exclusiva a este tipo de zapato, como las alemanas Groundies o Zaqq, o la eslovaca Be Lenka.

Separadores de dedos

“Los separadores de dedos son útiles para alinear y prevenir la deformidad y sobre todo la fricción por calzado estrecho que suele producir pequeños callos dolorosos”, apunta Gabriel J. Dávila, quien los recomienda en casos de juanetes que están empezando o para aliviar la presión entre los dedos cuando hay falta de alineación entre los mismos.

“Hay que ver los separadores como lo que son. Son una gran herramienta pero no es algo milagroso que funcione solo por el mero hecho de llevarlos”, comienza la podóloga Neus Moya. En su opinión son “una herramienta más” para los cambios de hábitos del pie: “Lo que hacen es alinear los dedos con su metatarsianos y obligan al pie a trabajar alineada, de manera que la musculatura intrínseca y extrínseca del pie trabaja de forma correcta”. Puntualiza que no están pensados para corregir una deformidad “porque aún trabajando mucho el pie puede que no lo haga. Pero el foco de su uso no es este, sino devolver la funcionalidad al pie, y ser usados como un complemento en un proceso de rehabilitación de este pie”. Recomienda acompañarlos de un cambio de hábitos, de ejercicios y sobre todo con un calzado adecuado. “De nada sirve usar los separadores si luego llevamos zapatos estrechos todo el día”.

Esta podóloga también marca que no todo el mundo debería usarlos y pone como ejemplos a pacientes con desviaciones digitales estructuradas en las que los separadores podrían dañar. “En lugar de eso, se optan por separadores digitales a medida hechos por un profesional de la podología”, apunta.

Gomas, pelotas y ejercicios

“Si sigue llevando zapatos con mucho tacón la dolencia aparecerá, no es cuestión de fuerza. Es cuestión de anatomía y biomecánica”, recuerda el podólogo Jorge Escoto. Explica que cuando se llevan tacones de manera continuada, la musculatura de la parte posterior de la pierna se va acortando, por lo que sería recomendable realizar tandas de ejercicios que ayuden a estirar todo el compartimento posterior y plantar del pie. “Un ejercicio muy útil es poner una goma elástica en la puntera de los dedos y en los metatarsianos haciendo tracción hacia nosotros llevando el tobillo a 90 grados. También es recomendable auto masajear la zona dolorida o realizar ejercicios pisando una pelota tipo tenis para relajar los espacios interdigitales. En este caso, ante la duda o para la recomendación de ciertos ejercicios específicos se debe de consultar al profesional especializado en este ámbito que es el fisioterapeuta”, puntualiza.

Las gomas son una herramienta útil para ejercitar la musculatura de los pies, coincide Neus Arnal. “Uno de los ejercicios consiste un poner los pies paralelos con los separadores puestos. Poner la goma sujeta en el dedo gordo de cada pies. Con las gomas puestas hacer puntillas con los pies y luego al revés, ponerse de talones levantando los dedos”. Recomienda también otro ejercicio: “Con la misma posición que el anterior, separar un poco los pies para reconducir el dedo gordo y colocarlo alineado e ir separando y juntando las puntas de los pies”.

“Podemos usar una pelota de tenis y pasarla por la planta del pie para trabajar toda la fascia plantar”, añade la podóloga, que también recomienda colocar el pie sobre una toalla e ir doblándola por completo con los dedos, o aplicar estímulos al pie, ya sean naturales como caminar sobre el césped o piedras, o artificiales, como las alfombras sensoriales.

Si lo que buscamos es aliviar el dolor tras llevar tacones el podólogo Gabriel J. Dávila propone un ejercicio muy útil: “Colocar una banda elástica alrededor de los cinco dedos y con la pierna estirada y en posición sentada, tirar suavemente en direccion hacia nuestro pecho. De tal manera relajaremos la muculatura de la parte posterior y también la interna del pie”.

En cualquier caso, recuerda el traumatólogo Juan Arnal, los ejercicios siempre deberán enfocarse en dos cosas: ganar elasticidad en la fascia plantar para distribuir mejor la presión entre el antepié y el retropié (ejercicios de estiramiento del arco del piel el gemelo y los isquiotibiales), y en segundo lugar ejercicios de musculación y propiocepción de pie y tobillo, musculación de la cadena cinética cerrada (sentadillas, zancadas) y fortalecimiento del “core” mediante ejercicios de suelo para mejorar la pisada.

El tacón que recomiendan los podólogos

“Lo ideal es no llevar tacón”, zanja Neus Arnal. “El pie está hecho para caminar sin necesidad de llevar tacón. Sa sabe que la altura posterior provoca desequilibrios, aumento de las fuerzas de frenado y un aumento de presión en la parte anterior del pie”, explica. “Lo que sí debemos tener en cuenta es que si somos adultos, y toda la vida hemos llevado calzado convencional (que lleva tacón en mayor o menor medida) hay que hacer una transición al drop 0 (zapato plano) porque lo más probable es que tengamos una retracción de la musculatura posterior que requiera de un trabajo previo”.

Para un calzado de uso diario, Jorge Escoto recomienda una altura “entre 2 y 4 centímetros puesto que menos de 2 también pueden influir dependiendo del pie en la aparición de otras dolencias como la fascitis plantar”.

“La altura máxima aceptable en un zapato de tacón depende de varios factores individuales, pero generalmente se recomienda no exceder los 5-7 centímetros y usar un tacón ancho”, aconseja Gabriel J. Dávila. “La altura de suela más recomendable sería entre 1 y 2 centímetros, e incluso más importante, que tenga un material que sea lo suficientemente flexible para permitir la flexión y el impulso durante la marcha”.

Pero si hablamos de zapatos de tacón, dice el cirujano ortopédico Juan Arnal, “Lo mejor es reservar el tacón para bodas, bautizos y comuniones. Ya que en líneas generales no van a ofrecer ningún beneficio al cambiar el apoyo normal del pie” y detalla cómo afecta la altura del tacón según caminamos: cuanto más alto sea el tacón más aumentan las presiones sobre el antepié. Con un tacón de aproximadamente 2 cm. y medio la presión aumenta un 25%, si el tacón es de 5 cm. es de aproximadamente un 60% y si estamos en los 7 cm. se dispara al 80%.

Prevención y tratamiento

Desde la Clínica Universitaria de Navarra afirman que aunque no es posible prevenir todas las instancias de neuroma de Morton, adoptar ciertas medidas puede reducir el riesgo de desarrollar esta afección. Y citan las siguientes:

· Usar calzado adecuado: seleccionar zapatos con una puntera amplia, soporte adecuado y un tacón bajo puede disminuir la presión sobre los nervios del pie y prevenir el desarrollo del neuroma de Morton.

· Evitar actividades de alto impacto: Reducir la participación en actividades que implican un impacto repetitivo en la zona delantera del pie, como correr o bailar, puede ayudar a prevenir la irritación del nervio interdigital.

· Mantener un peso saludable: El exceso de peso puede aumentar la presión en los pies y contribuir al desarrollo del neuroma de Morton. Mantener un peso saludable a través de una dieta equilibrada.

· Realizar ejercicios de estiramiento y fortalecimiento: La práctica regular de ejercicios específicos para estirar y fortalecer los músculos del pie puede mejorar la función del pie y reducir el riesgo de desarrollar un neuroma de Morton.

En el Departamento de Cirugía Ortopédica y Traumatología de la Clínica Universidad de Navarra señalan un tratamiento conservador y otro en quirófano para el neuroma de Morton. El primero pasa por un cambio de calzado a zapatos con puntera más amplia y soporte adecuado para aliviar la presión sobre el nervio y disminuir el dolor, adoptar plantillas ortopédicas que ayuden a redistribuir la presión y proporcionar un soporte adecuado a la estructura del pie, la toma de medicamentos antiinflamatorios no esteroides como el ibuprofeno y las inyecciones de corticosteroides, que en algunos casos puede pautar el médico para disminuir la inflamación y aliviar el dolor.

Cuando los tratamientos conservadores no proporcionan un alivio suficiente, explican en la clínica, el médico puede recomendar la cirugía para tratar el neuroma de Morton: una cirugía de descompresión del nervio (que consiste en cortar los ligamentos y tejidos circundantes que comprimen el nervio, con el objetivo de disminuir la presión y aliviar el dolor) o una extirpación del neuroma en los casos más complicados.

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