🧬 LOS TRAUMAS INFANTILES ALTERAN LAS FUNCIONES MUSCULARES AL ENVEJECER

Un estudio de la Universidad de Michigan ha revelado recientemente una preocupante conexión entre las experiencias traumáticas vividas durante la infancia y la salud muscular posterior. Esta investigación, publicada en Science Advances, sugiere que estos eventos difíciles podrían dejar una huella perdurable en nuestra fisiología, afectando específicamente el funcionamiento de los músculos con el tiempo.

Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron muestras de tejidos musculares de 879 participantes mayores de 70 años, dentro del estudio sobre músculos, movilidad y envejecimiento (SOMMA). Estos participantes también completaron cuestionarios detallados sobre su pasado, incluyendo posibles eventos traumáticos ocurridos durante su infancia.

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Los resultados mostraron que cerca de la mitad de los participantes informaron haber sufrido uno o más eventos adversos durante su juventud. Aún más significativo, las personas que reportaron estos traumas mostraban una producción más baja de adenosina trifosfato (ATP) en sus células musculares. El ATP es esencial para la energía celular, desempeñando un papel clave en la contracción muscular.

Kate Duchowny, investigadora principal en el instituto de investigación social de la Universidad de Michigan, indica que estos hallazgos sugieren que las experiencias de la infancia podrían influir directamente en las mitocondrias de los músculos esqueléticos. Las mitocondrias son las centrales energéticas de las células, y su funcionamiento alterado podría predisponer a diversos problemas de salud relacionados con el envejecimiento.

Asimismo, Anthony Molina, profesor de medicina en la Universidad de California en San Diego y coautor del estudio, enfatiza la importancia de estos descubrimientos para entender los mecanismos subyacentes del envejecimiento. Sus investigaciones previas ya demostraron que las medidas de la función mitocondrial están estrechamente vinculadas a la salud física y cognitiva de las personas mayores.

Las implicaciones de este estudio van más allá de la mera comprensión de los procesos biológicos. También destacan la importancia de considerar los traumas infantiles en la promoción del bienestar a lo largo de la vida. Al identificar y entender estos vínculos entre el pasado y la salud futura, es posible mejorar la prevención y el tratamiento de los problemas de salud asociados al envejecimiento.

Por lo tanto, esta investigación ofrece una nueva perspectiva sobre el impacto profundo que pueden tener los eventos traumáticos tempranos en nuestra salud a largo plazo, y resalta la importancia de un enfoque holístico de la salud que considere tanto aspectos fisiológicos como psicológicos.

Autor del artículo: Cédric DEPOND

Fuente: Science Advances

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