ESTUDIO DESCUBRE 4 FORMAS DE VIVIR HASTA 5 AñOS MáS DESAFIANDO LOS GENES QUE ACORTAN LA VIDA

Un análisis de datos de múltiples estudios extensos a largo plazo, publicado en BMJ Evidence-Based Medicine, indica que adoptar un estilo de vida saludable podría contrarrestar el impacto de genes que acortan la esperanza de vida en más de 60%.

Si bien los genes y el estilo de vida parecen tener un efecto aditivo en la esperanza de vida de una persona, un estilo de vida poco saludable está relacionado de forma independiente con un mayor riesgo de morir antes de tiempo, independientemente de la predisposición genética, de acuerdo a la investigación.

Estudio descubre 4 formas de vivir hasta 5 años más desafiando los genes que acortan la vida

Según el estudio, entre las prácticas saludables que ayudan a cimentar ese porcentaje, están el ejercicio regular, dormir bien, no fumar y llevar una dieta saludable. Ello puede agregar más de cinco años a tu vida.

La investigación fue realizada por científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zhejiang en China y de la Universidad de Edimburgo en Escocia, quienes utilizaron datos de más de 353.000 personas. Analizaron su genética, educación, estatus socioeconómico, estilo de vida e historial de enfermedades.

A las personas se les asignó una valoración usando la llamada “puntuación de riesgo poligénico (PRS, su sigla en inglés), la que combina múltiples variantes genéticas para llegar a determinar cuál es la predisposición genética de una persona, y cuán larga o corta podría ser su vida. Y el estilo de vida (consumo de tabaco, consumo de alcohol, calidad de la dieta, cuota de sueño y niveles de actividad física) es un factor clave. Siguieron a los participantes durante un promedio de 13 años.

Durante este tiempo se produjeron 24.239 muertes.

El estudio encontró que las personas que llevaban un estilo de vida poco saludable tenían un 78% más de posibilidades de muerte prematura, independientemente de cuál fuera su riesgo genético.

Las personas que seguían una dieta saludable, hacían mucho ejercicio con regularidad y nunca fumaban aumentaban sus posibilidades de vivir una vida más sana y más larga.

“Los participantes con alto riesgo genético podrían prolongar aproximadamente 5,22 años de esperanza de vida a los 40 años con un estilo de vida favorable”, escribieron los autores.

“Los factores genéticos y de estilo de vida se asociaron de forma independiente con la esperanza de vida. La adherencia a estilos de vida saludables podría atenuar en gran medida el riesgo genético de una vida más corta o de una muerte prematura. La combinación óptima de estilos de vida saludables podría aportar mejores beneficios para una vida más larga, independientemente del origen genético”, añadieron los investigadores.

Sin embargo, aclararon que trata de un estudio observacional y, como tal, no se pueden llegar a conclusiones definitivas sobre causa y efecto, además de que los investigadores reconocen varias limitaciones de sus hallazgos.

Por ejemplo, el estilo de vida se evaluó sólo en un momento determinado y las opciones de estilo de vida difieren según la edad. Los participantes también eran todos de ascendencia europea, lo que puede limitar la generalización de los hallazgos, dicen los investigadores.

A pesar de eso, sugieren que sus hallazgos indican que el riesgo genético de una vida más corta o de una muerte prematura podría verse compensado por un estilo de vida favorable en aproximadamente un 62%.

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