EL ARTíFICE DE LOS TRASPLANTES CON CORAZóN DE CERDO: “EL PACIENTE PODRá DECIDIR SI QUIERE UN óRGANO DE UN ENFERMO O UNO PORCINO SANO”

Un cerdo volador, con una especie de capa de superhéroe al lomo, se quedó proyectado durante unos segundos en la pantalla gigante del salón de actos del Hospital Sant Pau de Barcelona: “Se solía decir que los xenotrasplantes funcionarían cuando los cerdos vuelen. Pues los cerdos ya vuelan”, resolvía contundente el cirujano de trasplantes Muhammad Mohiuddin (Hyderabad, India, 59 años) para concluir la conferencia científica que impartió hace un par de semanas en el centro barcelonés. Este médico, director del programa de Xenotrasplante cardíaco de la Universidad de Maryland (Baltimore, EE UU), es pionero en el trasplante de corazón de cerdo a humanos: su equipo realizó con éxito el primero del mundo en 2022 al paciente David Bennett y repitió el hito en 2023 con Lawrence Faucette. Los médicos lograron trasplantar el órgano animal en los dos casos y alargar la vida de estos hombres, pero por poco tiempo: ambos fallecieron a las pocas semanas de recibir el injerto. Su historia, no obstante, constituyó la prueba viva de que podía hacerse. La técnica era factible: un corazón de cerdo podía latir en el pecho de un hombre.

Los xenotrasplantes —trasplantes de órganos o tejidos de animales a personas— se posicionan como una alternativa para paliar el décifit de donaciones en el mundo. “En Estados Unidos, 150.000 personas esperan un trasplante. Cada 80 minutos, alguien muere por falta de un órgano”, explicaba Mohiuddin, que visitó Barcelona el pasado 9 de mayo para participar en las jornadas científicas por el 40º aniversario del primer trasplante de corazón realizado en España —fue en Sant Pau, en 1984—. En España, uno de los países líderes del mundo en donación y trasplante, se realizaron en 2023 cerca de 6.000 intervenciones y, a 31 de diciembre del año pasado, 4.794 personas estaban en lista de espera para recibir un órgano.

Mohiuddin lleva más de tres décadas volcado en el estudio y desarrollo de los xenotrasplantes. Asegura que han aprendido de las experiencias con sendos pacientes y recuerda que eran personas muy enfermas, casi desahuciadas, sin más alterativas terapéuticas. En una rápida entrevista con EL PAÍS entre ponencia y ponencia, el cirujano garantiza también que lo seguirán intentando, a pesar de la complejidad técnica de este procedimiento y todas las consideraciones éticas que plantea: desde la amenaza de un rechazo —los órganos animales empleados son modificados genéticamente para evitar una respuesta desfavorable del sistema inmune— hasta el eventual riesgo de introducir virus animales en los humanos que se activen o se incrusten en el ADN, pasando por el debate abierto sobre los derechos de los animales.

Pregunta. ¿Están listos para un tercer xenotrasplante de corazón?

Respuesta. Sí, estamos intentando encontrar un buen paciente y estamos intentando encontrar formas de mejorar, basándonos en el aprendizaje de los dos trasplantes que hemos realizado.

P. ¿Cuál es el objetivo del xenotrasplante? ¿Un suministro infinito de órganos?

R. Sí. una vez que esto tenga éxito y tenga una supervivencia constante a largo plazo, se podrá ofrecer a muchas personas que no pueden tener [un trasplante de] corazón humano. Todos los que necesiten un corazón o cualquier otro órgano —porque esto no es solo para el corazón— también puede usar otros órganos de los cerdos. Se podrá usar para que, quien lo necesite, pueda obtener un órgano y no tenga que esperar mucho tiempo.

P. ¿Por qué eligen órganos de cerdo?

R. El cerdo no está muy cerca de los humanos, como lo están los monos babuinos o chimpancés. Pero pasa mucho tiempo antes de que un mono alcanza el tamaño de un humano y, además, hay enfermedades como el VIH (SIDA), que pueden transmitirse desde los órganos de los monos o sus células. Por eso no los usamos. En los cerdos, ahora, con nuestra capacidad de manipulación genética, podemos modificarlo rápidamente [para evitar un rechazo del organismo a este órgano]. Y los cerdos crecen muy rápido: en un año, crecen hasta un tamaño que sería adecuado para humanos adultos.

P. ¿En qué fase de madurez se encuentra esta técnica?

R. Todo el trabajo anterior se hizo en animales y ahora hemos empezado a hacerlo en humanos, pero hay alguna diferencia que estamos identificando. Tenemos que superar esas diferencias y tratar de mantener el corazón durante un largo período de tiempo. Además, los pacientes donde se está probando están muy, muy enfermos. Si tenemos un paciente que esté un poco mejor, que no esté tan enfermo, el resultado será mejor.

P. ¿Y cuál es el objetivo final? ¿Ganar tiempo con los órganos de los animales hasta que tengan un órgano humano para trasplantar o la idea es vivir para siempre con estos órganos animales?

R. Cuando dices por un corto período de tiempo, eso se llama puente para trasplante. En algunos órganos, como el hígado, se puede hacer un puente durante un corto período de tiempo y luego se recibe otro órgano. En el corazón, si el corazón está funcionando bien, puedes dejarlo hasta que falle. Pero si entretanto encuentras otro corazón humano, puedes intercambiarlo. Pero, sabes que el trasplante es muy difícil y cada vez que sacas ese corazón y lo vuelves a poner, hay otras complicaciones. Así que es mejor, si el corazón es bueno, dejarlo hasta que falle y luego poner otro corazón de cerdo o el corazón humano, si está disponible.

P. Puede llegar un día en el que convivan de forma normal trasplantes de órganos animales con trasplantes de órganos humanos. ¿Cómo se decide que este corazón de cerdo va para este paciente y este otro órgano humano va para otro paciente?

R. Ya existe un comité que decide quién recibe un órgano humano. A los dos pacientes que atendimo se les negó, no podían obtener un órgano humano. Por eso, o se quedan con el órgano de cerdo o mueren. Un día, cuando este proceso se vuelva común, tal vez el paciente pueda decidir si quiere un órgano humano de una persona mayor o de una persona enferma, o si quiere un órgano nuevo de un cerdo sano. Todo se le presentará al paciente y él podrá decidir.

P. Ustedes trasplantaron corazones de cerdo a dos pacientes: David Bennett y Lawrence Faucette. Y ambos murieron. ¿Cómo se interpreta eso en términos científicos?

R. Lo que significa es que estamos aprendiendo lo que sucede en estos pacientes. Todos los experimentos anteriores se hicieron en babuinos sanos, no tenían ninguna enfermedad, los trasplantamos y aprendimos de ellos. Pero estos pacientes estaban muy, muy enfermos. Por lo tanto, ahora estamos aprendiendo cómo cambiar nuestro régimen farmacológico y qué cambios adicionales debemos hacer y qué no usar en estos pacientes para mantener el corazón vivo durante períodos de tiempo más prolongados. Lo que aprendimos del primer paciente, no lo hicimos y lo mejoramos con el segundo paciente. Por lo tanto, será un proceso gradual.

P. En estos dos casos, en concreto, ¿qué fue lo que falló?

R. Pensamos que los anticuerpos que están presentes en nuestro sistema humano pueden atacar y matar el órgano. Es lo que creemos que ha ocurrido.

P. ¿Son capaces de controlar bien un potencial rechazo? ¿Cómo se puede mejorar en este campo?

R. De humano a humano pasó lo mismo. Al principio, cuando se realizaba el trasplante de corazón [entre humanos], el corazón no solía sobrevivir mucho tiempo. Pero, luego, aparecieron los nuevos fármacos que suprimen muy bien ese rechazo. Por lo tanto, creemos que podremos evitar este rechazo porque hay muchos medicamentos que funcionan muy bien en los animales, pero no están aprobados para los humanos. Un día, se aprobarán para humanos y podrán suprimir muy bien el rechazo.

P. Uno de los potenciales riesgos asociados a los xenotrasplantes es la introducción de nuevos virus en población humana. El corazón trasplantado a Bennet tenía un virus porcino. ¿Existe un riesgo real de que esto suceda?

R. No hay pruebas de que estos virus puedan infectar a los seres humanos. Pueden infectar a los cerdos si se activan. Sin embargo, hasta el momento no hay evidencia de que puedan infectar a los humanos. Pero nuestras agencias reguladoras quieren que vigilemos al paciente mientras viva y que sigamos controlándolo no solo a él, sino también a sus familiares y a cualquier persona con la que entre en contacto para asegurarnos de que este virus no se activa e infecta a los humanos. No se hatrabajado mucho en humanos, pero, en el matadero donde sacrifican cerdos para obtener carne y todo eso, se cortan y se magullan, entran en contacto con la sangre... Se han realizado estudios que han demostrado que nunca han tenido ningún virus de origen porcino.

P. Otra polémica en este campo es acerca de los derechos de los animales. Hay personas que denuncian o critican el uso de estos animales con fines médicos o como una simple herramienta al servicio de los humanos. ¿Qué opina?

R. Sí, hay una preocupación. Nadie quiere matar más animales. Pero todas las investigaciones realizadas hasta ahora, todos los medicamentos que utilizamos, se han experimentado en modelos animales, ya sean ratas, ratones o en modelos de animales grandes. Y también los cerdos se ha utilizado como alimento en muchos países y es la carne más utilizada en todo el mundo. Solo en EE UU, cada día se matan 90.000 cerdos para alimentarse. Nosotros estaríamos hablando de menos de mil cerdos y con cada uno puedes salvar unas siete vidas [humanas], con órganos diferentes.

P. ¿Cuáles son las grandes brechas de conocimiento en este campo?

R. Aunque sabíamos que era posible que estos pacientes no viviesen mucho tiempo, queríamos que vivieran al menos seis meses porque nuestros babuinos viven nueve meses o más. Por eso queremos descubrir la diferencia entre lo que aprendimos en el modelo animal y lo que aprendimos en el modelo humano y tratar de superarlo. Los anticuerpos son una de las cosas en las que seguimos pensando, que no se controlan bien en los pacientes enfermos porque no podemos administrar suficiente cantidad de ese medicamento [para evitar el rechazo] porque ese fármaco también genera sus propios problemas.

P. El corazón de cerdo a David Bennett, por ejemplo, lo suministró una empresa privada, Revivicor. Si compañías privadas entran en este campo, ¿puede estar en riesgo el altruismo en la donación y los trasplantes?

R. Como cualquier medicamento, estos órganos de cerdo se venderán para salvar vidas. Y es gracias a estas compañías que podemos hacerlo, porque la investigación es tan cara que ni siquiera el gobierno de los Estados Unidos pueden darse el lujo de darnos suficiente dinero para hacerlo. Aunque estas empresas tienen un motivo, porque quieren producir estos cerdos y luego vender sus órganos, también están intentando salvar vidas humanas. Por lo tanto, creo que esto debería dar el beneficio de la duda a estas compañías, porque nos están ayudando a salvar estas vidas.

P. ¿Usted se sometería a un trasplante de un órgano animal si lo necesitase? Un corazón de cerdo, por ejemplo.

R. Esa es la pregunta que se hace la gente. Cuando le preguntas a una persona sana si se harías un trasplante de cerdo, puede que diga que no, pero si llego a un estadio en el que necesito un trasplante de corazón y no tengo ninguna otra alternativa de vida, si siento que ese animal puede salvarme la vida, quizás sí.

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