SOY MéDICO Y NUNCA DEBERíAS IGNORAR ESTE PROBLEMA DE VEJEZ COMúN, PODRíA SER DEMENCIA

El envejecimiento de la población se convierte en una realidad cada vez más común. El cuerpo cambia y con ello comienzan los problemas de salud tan típicos de la tercera edad. Chile es un país que durante los últimos años ha visto aumentada su población de personas mayores y, por consiguiente, la demencia se erige como una preocupación creciente.

El Dr. Aaron Lam es investigador postdoctoral en el Instituto Woolcock de Investigación Médica y ha revelado cómo cuidarse de la demencia y cómo un problema de vejez común puede ser señal de demencia y debe tratarse de inmediato.

Soy médico y nunca deberías ignorar este problema de vejez común, podría ser demencia

Según el Ministerio de Salud (Minsal), la demencia es una condición adquirida y crónica, caracterizada por un deterioro de diversas funciones cerebrales, sin distinción de sexo y situación económica, que se acompaña de síntomas cognitivos, psicológicos y cambios conductuales.

Estos síntomas repercuten en la capacidad de las personas para llevar a cabo sus actividades habituales, pudiendo requerir apoyo de terceros e incluso comprometer su autonomía y participación familiar y social.

El Dr. Aaron Lam, que estudia los patrones de sueño y la aparición y progresión de la demencia, dijo a Daily Mail que “aunque no es posible garantizar la prevención, sabemos que hay una serie de medidas que podemos tomar para reducir el riesgo de demencia”.

Entre ellos, la dieta y el estilo de vida son fundamentales para prevenir el deterioro cognitivo. Sin embargo, advirtió que la pérdida de audición, que a menudo pasa por alto en comparación con otras condiciones de salud, es una realidad común entre las personas mayores, con implicaciones que van más allá de la simple capacidad de percibir sonidos.

Se estima que para el año 2050 habrá en el mundo más de 900 millones de personas con pérdida auditiva, lo que corresponde a una de cada 10 personas. En Chile la pérdida auditiva afecta a 1.160.126 personas que requieren de audífonos para mejorar su funcionalidad. De éstas, 2/3 son mayores de 65 años según el Minsal.

La pérdida auditiva puede dificultar la comunicación con los demás, lo que puede llevar a la retirada social y a una disminución en las interacciones sociales significativas. Esta falta de estimulación social y cognitiva se ha vinculado con un mayor riesgo de desarrollar demencia y otros trastornos cognitivos.

Por el contrario, se ha demostrado que el uso de audífonos puede ayudar a proteger contra este riesgo. Al proporcionar una amplificación del sonido y mejorar la capacidad auditiva, los audífonos pueden facilitar una mejor comunicación y participación en actividades sociales. Esto a su vez puede ayudar a mantener la estimulación cognitiva y social, lo que podría tener un impacto positivo en la salud cognitiva a largo plazo y reducir el riesgo de demencia.

Alimentación: nunca deberías ignorar este problema de vejez común, podría ser demencia

En cuanto a la alimentación, el Dr. Lam recomendó adherirse a la dieta mediterránea, que es un plan de alimentación inspirado en la cocina tradicional de Grecia, Italia y otros países que bordean el mar Mediterráneo. Si bien esta dieta está basada principalmente en plantas, también incluye otros alimentos de origen animal.

“En términos de dieta y alimentación, los resultados han sido un poco contradictorios, pero si un individuo quiere hacer cambios en la dieta, el consenso general es que una dieta mediterránea puede ser beneficiosa”, afirmó el Dr. Lam.

Según numerosos estudios, la dieta mediterránea es considerada como una de las formas más saludables de comer, ya que puede prevenir ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares, retrasar el Parkinson, reducir el riesgo de diabetes, la hipercolesterolemia, la demencia y el deterioro cognitivo y los riesgos en el embarazo.

La Fuente de Nutrición de Harvard explica que cada plato se centra en frutas, verduras, cereales integrales, legumbres y semillas, con algunos frutos secos y énfasis en el aceite de oliva extra virgen, un tipo de grasa monoinsaturada calificada como buena.

Las proteínas animales se comen en cantidades más pequeñas y la preferida es el pescado y marisco. Su consumo, de al menos dos veces por semana, también incluye proteínas animales de ave, huevos y productos lácteos como el queso o yogurt, aunque estos últimos en porciones más pequeñas. La carne roja se limita a unas pocas veces al mes.

Las frutas y verduras que debe comer para seguir la dieta mediterránea son: manzanas, bayas, brócoli, col rizada, hongos, cebollas, camote, tomates, coles de bruselas, coliflor, pepino, melón, naranjas, espinaca, nabos, higos, pomelo, uvas, duraznos, peras, pimiento y/o calabazas.

En cuanto a los hábitos del día a día, el Dr. Lam reveló que los estudios comparativos demostraron que los adultos mayores que dejan de fumar pueden experimentar una menor probabilidad de desarrollar demencia en el futuro, en comparación con aquellos que continúan fumando.

Fumar: nunca deberías ignorar este problema de vejez común, podría ser demencia

La investigación ha encontrado que fumar está asociado con un mayor riesgo de enfermedad cerebrovascular, acumulación de placa en los vasos sanguíneos, inflamación crónica y daño oxidativo en el cerebro, todos los cuales son factores que pueden contribuir al desarrollo de demencia. Además, el tabaquismo se ha relacionado con un aumento del estrés oxidativo y la inflamación en el cerebro, lo que puede afectar negativamente la salud de las células cerebrales y los procesos cognitivos.

Una investigación surcoreana encontró anteriormente que los fumadores enfrentan un riesgo 20% mayor de desarrollar demencia cuando llegan a la vejez. Por otro lado, dejar de fumar puede tener efectos positivos en la salud cerebral y reducir el riesgo de demencia. Además, algunos estudios han sugerido que el riesgo de demencia disminuye a medida que pasa el tiempo desde que una persona deja de fumar, lo que sugiere que los beneficios para la salud cerebral pueden continuar mucho después de haber dejado el hábito de fumar.

Y así como el cigarro aumenta el riesgo, el alcohol que muchas veces lo acompaña, también. “El consumo excesivo de alcohol está relacionado con cambios cerebrales y demencia”, añadió el Dr. Lam. “Un gran estudio longitudinal siguió a más de 9.000 participantes durante 20 años y demostró que beber más de 21 bebidas estándar a la semana estaba relacionado con un aumento sustancial del riesgo de demencia”.

Por último, dormir lo suficiente es fundamental para la salud cerebral. La falta de sueño o la mala calidad del sueño pueden contribuir a problemas de salud que aumentan el riesgo de demencia, como la acumulación de placas de proteína beta-amiloide en el cerebro, que se ha asociado con la enfermedad de Alzheimer. Además, el sueño insuficiente puede afectar negativamente la función cognitiva y la memoria, lo que puede aumentar el riesgo de deterioro cognitivo y demencia a largo plazo.

Durante el sueño, el cerebro lleva a cabo procesos importantes de limpieza y reparación, eliminando toxinas y consolidando la memoria y el aprendizaje. Una buena calidad de sueño también puede ayudar a regular los niveles de hormonas y neurotransmisores en el cerebro, lo que puede tener un impacto positivo en la función cognitiva y el estado de ánimo.

Se recomienda dormir de siete a nueve horas cada noche y mantener un buen ritmo circadiano.

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